viernes, 8 de enero de 2010

"I have a dream"

Estoy feliz de unirme a ustedes hoy en lo que quedará en la historia como la mayor demostración por la libertad en la historia de nuestra nación.

Hace años, un gran americano, bajo cuya sombra simbólica nos paramos, firmó la Proclama de Emancipación. Este importante decreto se convirtió en un gran faro de esperanza para millones de esclavos negros que fueron cocinados en las llamas de la injusticia. Llegó como un amanecer de alegría para terminar la larga noche del cautiverio.

Pero 100 años después, debemos enfrentar el hecho trágico de que el negro todavía no es libre. Cien años después, la vida del negro es todavía minada por los grilletes de la discriminación. Cien años después, el negro vive en una solitaria isla de pobreza en medio de un vasto océano de prosperidad material. Cien años después el negro todavía languidece en los rincones de la sociedad estadounidense y se encuentra a sí mismo exiliado en su propia tierra.

Martin Luther King
Es obvio hoy que Estados Unidos ha fallado en su promesa en lo que respecta a sus ciudadanos de color
Martin Luther King

Y así hemos venido aquí hoy para dramatizar una condición extrema. En un sentido llegamos a la capital de nuestra nación para cobrar un cheque. Cuando los arquitectos de nuestra república escribieron las magníficas palabras de la Constitución y la Declaratoria de la Independencia, firmaban una promisoria nota de la que todo estadounidense sería el heredero. Esta nota era una promesa de que todos los hombres tendrían garantizados los derechos inalienables de "Vida, Libertad y la búsqueda de la Felicidad".

Es obvio hoy que Estados Unidos ha fallado en su promesa en lo que respecta a sus ciudadanos de color. En vez de honrar su obligación sagrada, Estados Unidos dio al negro un cheque sin valor que fue devuelto marcado "fondos insuficientes". Pero nos rehusamos a creer que el banco de la justicia está quebrado. Nos rehusamos a creer que no hay fondos en los grandes depósitos de oportunidad en esta nación. Entonces hemos venido a cobrar este cheque, un cheque que nos dará las riquezas de la libertad y la seguridad de la justicia.

Sofocante verano del descontento

También vinimos a este punto para recordarle de Estados Unidos de la feroz urgencia del ahora. Este no es tiempo para entrar en el lujo del enfriamiento o para tomar la droga tranquilizadora del gradualismo. Ahora es el tiempo de elevarnos del oscuro y desolado valle de la segregación hacia el iluminado camino de la justicia racial. Ahora es el tiempo de elevar nuestra nación de las arenas movedizas de la injusticia racial hacia la sólida roca de la hermandad. Ahora es el tiempo de hacer de la justicia una realidad para todos los hijos de Dios.

Sería fatal para la nación el no percatar la urgencia del momento. Este sofocante verano del legítimo descontento del negro no terminará hasta que venga un otoño revitalizador de libertad e igualdad. 1963 no es un fin, sino un principio. Aquellos que piensan que el negro sólo necesita evacuar frustración y que ahora permanecerá contento, tendrán un rudo despertar si la nación regresa a su rutina habitual.

No habrá ni descanso ni tranquilidad en Estados Unidos hasta que el negro tenga garantizados sus derechos de ciudadano. Los remolinos de la revuelta continuarán sacudiendo los cimientos de nuestra nación hasta que emerja el esplendoroso día de la justicia.

Pero hay algo que debo decir a mi gente, que aguarda en el cálido umbral que lleva al palacio de la justicia: en el proceso de ganar nuestro justo lugar no deberemos ser culpables de hechos erróneos. No saciemos nuestra sed de libertad tomando de la copa de la amargura y el odio. Siempre debemos conducir nuestra lucha en el elevado plano de la dignidad y la disciplina. No debemos permitir que nuestra protesta creativa degenere en la violencia física. Una y otra vez debemos elevarnos a las majestuosas alturas de la resistencia a la fuerza física con la fuerza del alma.

Esta nueva militancia maravillosa que ha abrazado a la comunidad negra no debe conducir a la desconfianza de los blancos, ya que muchos de nuestros hermanos blancos, como lo demuestra su presencia aquí hoy, se han dado cuenta de que su destino está atado a nuestro destino. Se han dado cuenta de que su libertad está ligada inextricablemente a nuestra libertad. No podemos caminar solos. Y a medida que caminemos, debemos hacernos la promesa de que marcharemos hacia el frente. No podemos volver atrás.

Pruebas y tribulaciones

Los remolinos de la revuelta continuarán sacudiendo los cimientos de nuestra nación hasta que emerja el esplendoroso día de la justicia
MLK

Existen aquellos que preguntan a quienes apoyan la lucha por derechos civiles: "¿Cuándo quedarán satisfechos?" Nunca estaremos satisfechos en tanto el negro sea víctima de los inimaginables horrores de la brutalidad policial. Nunca estaremos satisfechos en tanto nuestros cuerpos, pesados con la fatiga del viaje, no puedan acceder a alojamiento en los moteles de las carreteras y los hoteles de las ciudades. No estaremos satisfechos en tanto la movilidad básica del negro sea de un gueto pequeño a uno más grande. Nunca estaremos satisfechos en tanto a nuestros hijos les sea arrancado su ser y robada su dignidad por carteles que rezan: "Solamente para blancos". No podemos estar satisfechos y no estaremos satisfechos en tanto un negro de Mississippi no pueda votar y un negro en Nueva York crea que no tiene nada por qué votar. No, no estamos satisfechos, y no estaremos satisfechos hasta que la justicia nos caiga como una catarata y el bien como un torrente.

No olvido que muchos de ustedes están aquí tras pasar por grandes pruebas y tribulaciones. Algunos de ustedes apenas salieron de celdas angostas. Algunos de ustedes llegaron desde zonas donde su búsqueda de libertad los ha dejado golpeados por las tormentas de la persecución y sacudidos por los vientos de la brutalidad policial. Ustedes son los veteranos del sufrimiento creativo. Continúen su trabajo con la fe de que el sufrimiento sin recompensa asegura la redención.

Vuelvan a Mississippi, vuelvan a Alabama, regresen a Georgia, a Louisiana, a las zonas pobres y guetos de las ciudades norteñas, con la sabiduría de que de alguna forma esta situación puede ser y será cambiada.

No nos deleitemos en el valle de la desesperación. Les digo a ustedes hoy, mis amigos, que pese a todas las dificultades y frustraciones del momento, yo todavía tengo un sueño. Es un sueño arraigado profundamente en el sueño americano.

El sueño

Yo tengo un sueño que un día esta nación se elevará y vivirá el verdadero significado de su credo, creemos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres son creados iguales.

Yo tengo un sueño que un día en las coloradas colinas de Georgia los hijos de los ex esclavos y los hijos de los ex propietarios de esclavos serán capaces de sentarse juntos en la mesa de la hermandad.

Yo tengo un sueño que un día incluso el estado de Mississippi, un estado desierto, sofocado por el calor de la injusticia y la opresión, será transformado en un oasis de libertad y justicia.

Yo tengo un sueño que mis cuatro hijos pequeños vivirán un día en una nación donde no serán juzgados por el color de su piel sino por el contenido de su carácter.

¡Yo tengo un sueño hoy!

Yo tengo un sueño que un día en las coloradas colinas de Georgia los hijos de los ex esclavos y los hijos de los ex propietarios de esclavos serán capaces de sentarse juntos en la mesa de la hermandad
MLK

Yo tengo un sueño que un día, allá en Alabama, con sus racistas despiadados, con un gobernador cuyos labios gotean con las palabras de la interposición y la anulación; un día allí mismo en Alabama pequeños niños negros y pequeñas niñas negras serán capaces de unir sus manos con pequeños niños blancos y niñas blancas como hermanos y hermanas.

¡Yo tengo un sueño hoy!

Yo tengo un sueño que un día cada valle será exaltado, cada colina y montaña será bajada, los sitios escarpados serán aplanados y los sitios sinuosos serán enderezados, y que la gloria del Señor será revelada, y toda la carne la verá al unísono.

Esta es nuestra esperanza. Esta es la fe con la que regresaré al sur. Con esta fe seremos capaces de esculpir de la montaña de la desesperación una piedra de esperanza.

Con esta fe seremos capaces de transformar las discordancias de nuestra nación en una hermosa sinfonía de hermandad. Con esta fe seremos capaces de trabajar juntos, de rezar juntos, de luchar juntos, de ir a prisión juntos, de luchar por nuestra libertad juntos, con la certeza de que un día seremos libres.

Este será el día, este será el día en que todos los niños de Dios serán capaces de cantar con un nuevo significado: "Mi país, dulce tierra de libertad, sobre ti canto. Tierra donde mis padres murieron, tierra del orgullo del peregrino, desde cada ladera, dejen resonar la libertad". Y si Estados Unidos va a convertirse en una gran nación, esto debe convertirse en realidad.

Entonces dejen resonar la libertad desde las prodigiosas cumbres de Nueva Hampshire. Dejen resonar la libertad desde las grandes montañas de Nueva York. Dejen resonar la libertad desde los Alleghenies de Pennsylvania! Dejen resonar la libertad desde los picos nevados de Colorado. Dejen resonar la libertad desde los curvados picos de California. Dejen resonar la libertad desde las montañas de piedra de Georgia. Dejen resonar la libertad de la montaña Lookout de Tennessee. Dejen resonar la libertad desde cada colina y cada topera de Mississippi, desde cada ladera, dejen resonar la libertad!

Y cuando esto ocurra, cuando dejemos resonar la libertad, cuando la dejemos resonar desde cada pueblo y cada caserío, desde cada estado y cada ciudad, seremos capaces de apresurar la llegada de ese día cuando todos los hijos de Dios, hombres negros y hombres blancos, judíos y gentiles, protestantes y católicos, serán capaces de unir sus manos y cantar las palabras de un viejo spiritual negro: "¡Por fin somos libres! ¡Por fin somos libres! Gracias a Dios todopoderoso, ¡por fin somos libres!"

Discurso de Gettysburg


Hace ocho décadas y siete años, nuestros padres hicieron nacer en este continente una nueva nación concebida en la libertad y consagrada al principio de que todas las personas son creadas iguales.
Ahora estamos empeñados en una gran guerra civil que pone a prueba si esta nación, o cualquier nación así concebida y así consagrada, puede perdurar en el tiempo. Estamos reunidos en un gran campo de batalla de esa guerra. Hemos venido a consagrar una porción de ese campo como último lugar de descanso para aquellos que dieron aquí sus vidas para que esta nación pudiera vivir. Es absolutamente correcto y apropiado que hagamos tal cosa.
Pero, en un sentido más amplio, nosotros no podemos dedicar, no podemos consagrar, no podemos santificar este terreno. Los valientes hombres, vivos y muertos, que lucharon aquí lo han consagrado ya muy por encima de nuestro pobre poder de añadir o restarle algo. El mundo apenas advertirá y no recordará por mucho tiempo lo que aquí decimos, pero nunca podrá olvidar lo que ellos hicieron aquí. Somos, más bien, nosotros, los vivos, los que debemos consagrarnos aquí a la tarea inconclusa que, aquellos que aquí lucharon, hicieron avanzar tanto y tan noblemente. Somos más bien los vivos los que debemos consagrarnos aquí a la gran tarea que aún resta ante nosotros: que, de estos muertos a los que honramos, tomemos una devoción incrementada a la causa por la que ellos dieron hasta la última medida completa de celo. Que resolvamos aquí, firmemente, que estos muertos no habrán dado su vida en vano. Que esta nación, Dios mediante, tendrá un nuevo nacimiento de libertad. Y que el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo no desaparecerá de la Tierra.

DIEZ CONSEJOS PARA ARGUMENTAR BIEN O DECÁLOGO DEL BUEN ARGUMENTADOR


1. El mejor consejo que puede darse a quien desee argumentar bien en el Derecho o en cualquier otro ámbito es prepararse bien. Picasso decía que la inspiración existe pero tiene que pillarte trabajando. De manera semejante, la habilidad dialéctica, argumentativa, existe, pero tiene que pillarte preparado, conocedor del fondo del asunto. No se puede argumentar bien jurídicamente sin un buen conocimiento del Derecho, de los materiales jurídicos, y de la teoría del Derecho, de los instrumentos adecuados para manejar aquellos materiales.

2. Hay aspectos comunes a cualquier tipo de argumentación, pero también rasgos peculiares de cada campo, de cada tipo de debate. Por ejemplo, lo que es apropiado para una conferencia (la exposición por extenso de una tesis) no lo es para el que participa en una mesa redonda: una buena presentación de la tesis que se desea defender en ese tipo de debate no tiene por qué ser una “miniconferencia”; lo importante aquí no es efectuar una exposición completa, exhaustiva, sino más bien clara, razonablemente informativa, que estimule la discusión y prepare de alguna forma para, al final, persuadir al auditorio.

3. No se argumenta mejor por decir muchas veces lo mismo, ni por expresar con
muchas palabras lo que podría decirse con muchas menos. La amplitud excesiva del discurso aumenta las probabilidades de cometer errores y corre el grave riesgo de provocar hastío en el oyente.

4. En una discusión, en un debate racional, esforzarse porque el otro tenga razón
—como alguna vez propuso Borges— parece demasiado. Pero esforzarse por entender bien lo que el otro ha dicho es una exigencia moral —en el sentido amplio de la expresión— que resulta además bastante útil como recurso retórico o dialéctico: hace más difícil que podamos ser refutados (por ejemplo, con un «yo no he dicho eso») y aumenta las probabilidades de que nuestros contendientes estén también dispuestos a entendernos bien.

5. Cuando se argumenta en defensa de una tesis, no estar dispuesto a conceder
nunca nada al adversario es una estrategia incorrecta y equivocada. Hace difícil o imposible que la discusión pueda proseguir y muestra en quien adopta esa actitud un rasgo de carácter, la tozudez, que casi nadie aprecia en los demás. No es, por tanto, un buen camino para lograr la persuasión.

6. Cuando se argumenta con otro, uno puede tener la impresión de que los argumentos de la parte contraria funcionan como una muralla contra la que chocan una y otra vez nuestras razones. Por eso, una vez probada la solidez de esa defensa, lo más aconsejable es ver si uno puede tomar la fortaleza intentando otra vía. Esa maniobra debe hacerse sin desviar la cuestión. O sea, no se trata de disparar torcido, sino de disparar desde otro lado, cambiando la posición.

7. La argumentación no está reñida con el sentido del humor, pero sí con la pérdida
del sentido de la medida. Hay ocasiones en que no es apropiado hablar en broma
(por ejemplo, del holocausto, del genocidio de un régimen militar...) y hay bromas y
bromas. Para distinguir unas de otras, el mecanismo más simple y efectivo consiste en ponerse en el lugar del que tiene que soportar la broma.

8. No se argumenta bien por hacer muchas referencias a palabras prestigiosas,
autores de moda, etc. Lo que cuenta es lo que se dice y las razones que lo avalan: la calidad y fortaleza de esas razones son responsabilidad exclusiva del que argumenta.

9. Frente a la tendencia, natural quizás en algunas culturas, a irse por las ramas
no cabe otro remedio que insistir una y otra vez en ir al punto, en fijar cuidadosamente la cuestión.

10. En cada ocasión, hay muchas maneras de argumentar mal y quizás más de
una de hacerlo bien. Este (ligero) apartamiento de la regla de la multiplicidad del error
y la unicidad de la verdad se debe a que en la argumentación las cuestiones de estilo
son importantes. Como ocurre con los autores literarios, cada persona que argumenta
tiene su estilo propio y es él el que ha de esforzarse, primero, por encontrarlo, y luego, por elaborarlo.

Manuel Atienza
Universidad de Alicante

Expresión oral: Hablar


La vida actual exige un nivel de comunicación oral tan alto como de redacción escrita. Una persona que no puede expresarse de manera coherente y clara, y con una mínima corrección, no sólo limita su trabajo profesional y sus aptitudes personales, sino que corre el riesgo de hacer el ridículo en más de una ocasión.

Varios estudios sobre el análisis del discurso oral y de la conversación señalan las estrategias que utilizan los interlocutores para comunicarse. A continuación ofrecemos un esquema teórico de expresión oral en el cual se distinguen conocimientos y habilidades. Los conocimientos son informaciones que sabemos, que tenemos memorizadas: incluyen el dominio del sistema de la lengua (gramática, léxico, morfosintaxis, etc.), pero también otros aspectos relacionados con la cultura (estructura de las comunicaciones, modelos culturales,etc.). Las habilidades hacen referencia a los comportamientos que mantenemos en los actos de expresión: las habilidades de adaptarse al tema, de adecuar el lenguaje y muchas otras.

MODELO DE EXPRESIÓN ORAL

Las comunicaciones humanas se estructuran y se fijan a partir de la repetición y de la experiencia que van adquiriendo los interlocutores. Se definen los temas de la situación, se establecen las intervenciones o los turnos de palabra y se configuran los roles. Rutinas es el nombre que se le dan a estas estructuras comunicativas, en las que habitualmente se distingue entre la información (el contenido de la transacción) y la interacción (estructura de las intervenciones). Las rutinas son absolutamente culturales y varían entre las comunidades lingüísticas porque también varían las formas de relación de las personas. El conocimiento de las rutinas permite ejercitar la primera habilidad comunicativa, que es la planificación del discurso. A partir de la experiencia que se tenga en situaciones parecidas a la que se va a producir, se puede prever lo que pasará y decidir cómo comportarnos: sobre qué temas se hablará (información) y de qué manera (interacción). Por un lado, hay que saber colaborar en la selección y en el desarrollo de los temas: iniciar un tema, ampliarlo, desviarlo hacia otro tema, acabarlo, etc. Por otro, es necesario saber dominar los turnos de palabra, es decir, saber cuándo se puede hablar, durante cuánto tiempo y cuándo se debe ceder la palabra. Respecto a este punto, Bygate [9] distingue cinco estrategias concretas:

  1. Saber tomar la palabra en el momento idóneo.
  2. Saber aprovechar la palabra (decir todo lo que toca, adecuarse a la estructura de las
  3. Saber indicar que se quiere hablar (gestos, sonidos, saludos, etc.)
  4. intervenciones, etc.).
  5. Saber reconocer las indicaciones de los demás para tomar la palabra.
  6. Saber dejar la palabra a otro.

El trabajo siguiente que realizan los interlocutores es la negociación del significado. Es un proceso de adaptación mutua donde dos discursos tienen que convergir en un único significado. Las habilidades que se utilizan suelen ser de dos tipos: la selección del nivel de explicación y la evaluación o confirmación de la comprensión. En la primera, los interlocutores tienen que escoger el grado de detalle y de desarrollo con que se van a explicar. El defecto de información provoca incomprensión, pero el exceso es reiterativo, cansa y aleja la atención de lo que es relevante. Para encontrar el grado adecuado de explicitación hay que tener nociones sobre lo que sabe el receptor y sobre lo que le interesa. En la segunda los interlocutores confirman que el nivel de explicitación es adecuado y que se ha comprendido el mensaje. Se trata de un proceso de colaboración entre emisor y receptor, en el que ambos participan activamente.

En conjunto, el nivel de explicitación del discurso afecta a la cantidad de información que da el emisor, pero también a los demás aspectos lingüísticos, como la selección gramatical y léxica. Cuanto más detallado y minucioso tenga que ser un discurso, más posibilidades hay de que se usen palabras específicas de un campo léxico o de que la sintaxis sea más compleja. Estas opciones también dependen, evidentemente, de los conocimientos lingüísticos del interlocutor. En cualquier caso, la negociación del significado está conectada, tal como se muestra en el esquema anterior, con el proceso de selección lingüística de la expresión.

El último componente de la expresión oral, que incluye habilidades específicas, es la producción real del discurso, es decir, la pronunciación de las frases y palabras que implican los significados.

En la comunicación oral, los interlocutores no siempre tienen mucho tiempo para expresar y comprender lo que se dice, a diferencia del redactor y del lector. Los intercambios verbales son rápidos e instantáneos, y a menudo es necesario relacionarlos en pocos segundos, siendo muy útiles la improvisación y la agilidad. Para adaptarse a estas dificultades los interlocutores utilizan dos habilidades: la facilitación de la producción y la compensación de las dificultades. En la primera, los emisores simplifican tanto como les resulta posible los trabajos gramaticales o condicionamientos del sistema lingüístico (oraciones, corrección, etc.). Así, simplifican la estructura de la frase (simple, yuxtapuesta o coordinada con y o pero), hacen muchas elipsis (frases incompletas, información implícita, códigos no verbales, etc.), utilizan fórmulas y expresiones fijadas por la rutina correspondiente (hace buen tiempo, ¿cómo estamos?, etc.), repiten muletillas (quiero decir, bien, etc.) o hacen pausas diversas. En conjunto, buscan la prosa gramatical más económica y rápida. Lo hacen para librarse de la tarea más mecánica y superficial (producción), para poderse dedicar a las demás (valorar, hacer planes o seleccionar). En la segunda, los emisores refuerzan su expresión y ayudan al receptor a comprender lo que dicen. Por estos motivos, a menudo se autocorrigen a medida que van hablando (afinando y puliendo el significado que en la primera expresión no había resultado perfectamente ajustado), repiten los puntos más importantes (para dar oportunidad al que escucha), resumen lo que dicen y lo reformulan con otras palabras, utilizando ejemplos y comparaciones (con la finalidad de usar expresiones distintas que resulten más comprensibles). En conjunto, el emisor intenta compensar las dificultades de la comunicación oral con redundancias o repeticiones de la información.

A causa de estas circunstancias la interacción oral tiene una textura lingüística (frases inacabadas, anacolutos, repeticiones, muletillas, etc.) diferente de la del texto escrito y de la estructura lógica de la frase que indican los libros de gramática, y que puede parecer incorrecta o pobre para algunos docentes. Hay que entenderla como una característica normal de la expresión, y no como un error o un síntoma del imitaciones gramaticales del alumno. Todos hablamos de esta manera, a no ser que estemos haciendo una exposición formal preparada con antelación.

Finalmente, el esquema incorpora la habilidad de la autocorrección gramatical a partir de las reglas de la normativa sobre gramática y pronunciación. Es la habilidad que permite fijarse en la forma del discurso y corregir algún error que se haya cometido: una incorrección léxica, una palabra mal dicha, etc.

Este conjunto de habilidades actúa en varios niveles del intercambio verbal y se interrelacionan las unas con las otras durante todo el tiempo que dura la comunicación. Es claro que no se puede entender la expresión como un proceso lineal donde las habilidades se usan una tras otra, sino como un acto global en el que cada componente depende de los demás.

Dos aspectos que tienen gran importancia en la expresión oral y que no se citan en el esquema porque no pertenecen al terreno estrictamente lingüístico, son el control de la voz y de la comunicación no-verbal. El primero incluye lo que afecta a la calidad acústica de la producción: la impostación de la voz, el volumen, el tono, los matices y las inflexiones, etc. El segundo abarca desde cuestiones tan decisivas como la gesticulación hasta otros aspectos más escondidos como el espacio emisor-receptor o el movimiento del cuerpo (postura, inclinación, etc.). La incidencia de estos dos aspectos en la comunicación es evidente. El orador que habla con una voz clara y potente, que sube el volumen cuando hay algún ruido ambiental (el tráfico de la calle, alguien que entra en la sala, etc..) o que es capaz de remarcar el significado con matices y cambios de tono, evita cualquier interferencia acústica y hace sentir más cómoda a la audiencia. Del mismo modo, alguien que habla desde una distancia adecuada, que mira a los ojos o que acompaña la expresión con un gesto pausado, propone un diálogo más intenso y distendido que el interlocutor distraído que mira hacia todas partes indiscriminadamente, que no mueve ni un músculo (o que no para de moverse ni un segundo) e incluso el que llega a invadir el espacio personal de su interlocutor.

A partir del modelo anterior y de las diversas habilidades detectadas, se puede hacer la siguiente clasificación de microhabilidades, que establece los diversos objetivos de la expresión oral que se deben trabajar en el aula. La lista incorpora tanto las destrezas de la conversación como las de la exposición oral.


MICROHABILIDADES DE LA EXPRESIÓN ORAL

Planificar el discurso

  • Analizar la situación (rutina, estado del discurso, anticipación, etc.) para preparar la intervención.

  • Usar soportes escritos para preparar la intervención (sobre todo en discursos monogestionados: guiones, notas, apuntes, etc.)

  • Anticipar y preparar el tema (información, estructura, lenguaje, etc.)

  • Anticipar y preparar la interacción (momento, tono, estilo, etc.)

Conducir el discurso

  • Conducir el tema

    • Buscar temas adecuados para cada situación.

    • Iniciar o proponer un tema.

    • Desarrollar un tema.

    • Dar por terminada una conversación.

    • Conducir la conversación hacia un tema nuevo.

    • Desviar o eludir un tema de conversación.

    • Relacionar un tema nuevo con uno viejo.

    • Saber abrir o cerrar un discurso oral.

  • Conducir la interacción

    • Manifestar que se quiere intervenir (con gestos, sonidos o frases).

    • Escoger el momento adecuado para intervenir.

    • Utilizar eficazmente el turno de palabra:

    • aprovechar el tiempo para decir todo lo que se considere necesario;

    • ceñirse a las convenciones del tipo de discurso (tema, estructura, etc.)

    • marcar el inicio y el final del turno de palabra.

    • Reconocer cuando un interlocutor pide la palabra

    • Ceder el turno de palabra a un interlocutor en el momento adecuado.

Negociar el significado
  • Adaptar el grado de especificación del texto.
  • Evaluar la comprensión del interlocutor
  • Usar circunloquios para suplir vacíos en el texto.

Producir el texto

  • Facilitar la producción

    • Simplificar la estructura de la frase.

    • Eludir todas las palabras irrelevantes.

    • Usar expresiones y fórmulas de rutinas.

    • Usar muletillas, pausas y repeticiones.

  • Compensar la producción
    • Autocorregirse.
    • Precisar y pulir el significado de lo que se quiere decir.
    • Repetir y resumir las idea importantes.
    • Reformular lo que se ha dicho.
  • Corregir la producción.
    • Articular con claridad los sonidos del discurso.

    • Aplicar las reglas gramaticales de la lengua (normativa)

Aspectos no verbales

  • Controlar la voz: impostación, volumen, matices, tono.

  • Usar códigos no verbales adecuados: gestos y movimientos.

  • Controlar la mirada: dirigirla a los interlocutores.

Estas microhabilidades tienen incidencia diversa en el currículum según la edad y el nivel de los alumnos. Los más pequeños tienen necesidad de trabajar los aspectos más globales y relevantes de la expresión (negociación de significado, interacción, evaluación de la comprensión, etc.). Los alumnos más grandes ya pueden practicar los puntos más específicos (autocorrección, producción cuidada, preparación del discurso, etc.).

Formas básicas de la comunicación oral


A. La comunicación interpersonal.

Es la comunicación recíproca o de intercambio que se desarrolla entre dos personas, turnando el papel del hablante y del oyente en un continuo ir y venir de información. Las forma más comunes de la comunicación oral recíproca de tipo informal son la conversación y eldiálogo; y de comunicación oral recíproca de carácter formal es la entrevista.

  • Conversación: es un intercambio informal y espontáneo de cualquier momento o situación realizado entre dos o más personas de igual o distinto rango social o administrativo, con algún propósito específico, bien sea de trabajo, simple convivencia o de relaciones humanas, o de satisfacción de necesidades.

  • Diálogo: suele ser una conversación propiciada con un propósito específico y se distingue de las conversaciones por la necesidad de una nivelación entre los interlocutores, aunque éstos no sean de la misma jerarquía. Bien se ha dicho que el diálogo se da entre dos partes dispuestas a ceder y buscar un acercamiento.

  • Entrevista: constituye un intercambio de carácter formal, con objetivos y temas de alguna manera trazados de antemano, y entre personas de igual o diferente jerarquía. Los propósitos de una entrevista pueden ser impartir instrucciones, dar declaraciones, determinar problemas y promover soluciones, conocer una persona u obtener información. Con excepción de la entrevista periodística, que se ciñe a reglas específicas, una entrevista puede combinarse con el diálogo, con lo cual se obtiene un éxito mayor.

B. Géneros Informativos

El informe oral: es una exposición (individual o en grupo) destinada a presentar, de manera clara y pormenorizada, el resumen de hechos o actividades pasadas o presentes, y en algún caso, de hechos previsibles, partiendo de datos ya comprobados. Por su naturaleza, el informe es propio de los trabajos en grupo en la administración y en las diversas comisiones de estudio o de investigación.

Conferencia: se trata de una clase particular de exposición o discurso oral, caracterizado por sus propósitos (u objetivos) de aumentar los conocimientos y experiencias de interés. Las conferencias se anuncian con anticipación, señalando fecha, lugar, hora e invitados. El conferencista, a su vez, prepara su exposición tratando de despertar el interés hacia el tema y adecuando su tono y estilo al auditorio y a las circunstancias; antes de iniciar la disertación, se suele hacer una presentación del conferencista al público, por parte de alguien autorizado; esta presentación será breve y comedida, y en ella se hará referencia a la vida, obra y méritos del expositor.

C. El género oratorio

La oratoria o retórica es una disciplina tan antigua como las artes y la literatura. El buen orador ha sido líder y promotor de los pueblos a través de la historia. En la actualidad la destreza en la palabra sigue siendo la llave para los predicadores, los líderes políticos y muchos promotores comunitarios. Para toda persona culta, en cualquier posición que se encuentre, una buena dosis de capacidad de dirigirse a un público para convencerlo, es una herramienta poderosísima de éxito y progreso. La elocuencia o dotes de orador se fundamenta en el aprovechamiento de las cualidades que da la naturaleza, y en la formación que se adquiere por el estudio y la intensa práctica. El discurso como pieza oratoria es una exposición a la que se suman la intencionalidad y la aplicación de estrategias encaminadas a persuadir a un auditorio para que piense y sienta de determinada manera, para que adopte una posición específica o para que emprenda acciones particulares.

D. La comunicación oral en grupos

En la administración, en los negocios, en las actividades laborales y en la vida social se hace necesario participar en diversas reuniones, cuyo éxito depende en gran medida del manejo de las intervenciones orales y el desarrollo mismo de la dinámica grupal. Una reunión bien llevada puede aportar múltiples beneficios personales, a los grupos, a las instituciones y a la comunidad, que se favorece no sólo con una información ampliada y enriquecida, sino con las mejores reglas y decisiones en todos los campos de la actividad humana. De ahí la necesidad de desarrollar capacidades para dirigir cualquier reunión o discusión en grupo, o para participar en ella con eficacia y responsabilidad. La comunicación oral en grupo toma como base las mismas exigencias para cualquier comunicación, en los procesos de emisión y recepción, es decir, desde el punto de vista del hablante y del oyente.

Es común pensar y afirmar que para hablar la lengua materna no se necesita estudio o aprendizaje especial fuera del hecho de haber adquirido el lenguaje en la primera infancia. Por lo desarrollado en este apartado podemos inferir que sí se necesita la educación de la palabra y la expresión oral y, de sus logros y progresos depende, en gran parte, no sólo la superación personal, sino fundamentalmente la eficacia de la comunicación y el mantenimiento de las mejores relaciones con nuestros semejantes.

Tomado de

LA ORALIDAD
¿Se enseña a hablar y a escuchar en la escuela?

Prof. María Beatriz Torrent
http://www.sagrado.edu.ar/revista5/oralidad.htm#1.%20INTRODUCCI%C3%93N

martes, 5 de enero de 2010


Omnis homines, qui sese student praestare ceteris animalibus, summa ope niti decet, ne vitam silentio transeant veluti pecora, quae natura prona atque ventri oboedientia finxit. Sed nostra omnis vis in animo et corpore sita est: animi imperio, corporis servitio magis utimur; alterum nobis cum dis, alterum cum beluis commune est. Quo mihi rectius videtur ingeni quam virium opibus gloriam quaerere et, quoniam vita ipsa, qua fruimur, brevis est, memoriam nostri quam maxume longam efficere. Nam divitiarum et formae gloria fluxa atque fragilis est, virtus clara aeternaque habetur.

Daniel Cassany: Describir el escribir


DIFERENCIAS CONTEXTUALES
CANAL ORAL CANAL ESCRITO

1. Canal auditivo. El receptor comprende el texto mediante el oído.

1. Canal visual. El receptor lee el texto con la vista.

2. El receptor percibe los distintos signos del texto sucesivamente (unos tras otros).

2. El receptor los percibe simultáneamente (todos a la vez). Este hecho implica diferencias en las estrategias de comprensión de los dos canales.

3. Comunicación espontánea. El emisor puede rectificar, pero no borrar, lo que ya ha dicho. El receptor está obligado, a comprender el texto en el momento de la emisión y tal como se emite.

3. Comunicación elaborada. El emisor puede corregir y rehacer el texto, sin dejar rastros. El lector puede escoger cómo y dónde quiere leer el texto (en qué orden, la velocidad, etc).

4. Comunicación inmediata en el tiempo y el espacio. Lo oral es más rápido y ágil.

4. Comunicación diferida en el tiempo y el espacio

5. Comunicación efímera. Los sonidos son perceptibles solamente durante el tiempo que permanecen en el aire.

5. Comunicación duradera. Las letras se graban en un soporte estable y perduran. El escrito adquiere el valor social de testigo y registro de los hechos.

6. Utiliza mucho los códigos no verbales. En nuestra conversación normal, el significado social de los códigos no-verbales es del 65% contra el 35% de los verbales.

6. Los utiliza poco: la disposición del espacio y del texto, la textura del soporte, etc.

7. Hay interacción durante la emisión del texto. El emisor, mientras habla, ve la reacción del receptor y puede modificar su discurso según ésta.

7. No hay interacción durante la composición. El escritor no puede conocer la reacción real del lector.

8. El contexto extralingüístico posee un papel muy importante.

8. El contexto es poco importante. El escrito es autónomo del contexto.

DIFERENCIAS TEXTUALES
CÓDIGO ORAL CÓDIGO ESCRITO
ADECUACIÓN ADECUACIÓN

Tendencia a marcar la procedencia dialectal (geográfica, social y generacional) del emisor

Tendencia a neutralizar las señales de procedencia del emisor. Uso más frecuente del lenguaje estándar

Asociado a temas generales, bajo grado de formalidad y propósitos subjetivos (usos privados)

Asociados a temas específicos, alto grado de formalidad y propósitos objetivos (uso públicos

COHERENCIA COHERENCIA

Selección menos rigurosa de la información: presencia de digresiones, cambios de tema, repeticiones, datos irrelevantes

Selección muy precisa de la información: el texto contiene exactamente la información relevante

Más redundante

Menos redundante

Estructura de texto abierta: hay interacción, el autor puede modificarla durante la emisión

Estructura cerrada: responde a un esquema previamente planificado por el autor

Estructuras poco estereotipadas: el emisor tiene más libertad para elaborarlas como desee

Estructura estereotipadas: con convenciones sociales, fórmulas y frases hechas

COHESIÓN COHESIÓN

Menos gramatical: utiliza sobre todo pausas y entonaciones, y algunos elementos gramaticales (pronombres, conjunciones, etc.)

Más gramatical: signos de puntuación, pronominalizaciones, sinónimos, enlaces (conjunciones, relativos

Utiliza muchos recursos paralingüísticos: cambios de ritmo y velocidad, variaciones de tono, etc.

Utiliza pocos recursos paralingüísticos: diversas tipografías (cursiva, negrita) y otros códigos gráficos ( corchetes, asteriscos)

Utiliza bastantes códigos no verbales: movimientos oculares y corporales, gestos, etc.

Utiliza pocos códigos no-verbales: distribución espacial del texto, otros signos visuales (esquemas, gráficos)

Alta frecuencia de referencias exofóricas (referidas al contexto, a la situación, etc.): tú, yo, aquí, ahora

Alta referencia endofórica (referidas al mismo texto): él, aquél, mío, algunos

GRAMÁTICA: morfología GRAMÁTICA: morfología

Prefiere soluciones poco formales: relativos simples (que), participios analógicos (elegido, impreso), perífrasis de futuro (voy a ir)

También usa soluciones formales: relativo compuesto (el cual), participios latinos (electo, impreso), tiempo futuro (iré)

GRAMÁTICA: fonología y grafía GRAMÁTICA: fonología y grafía

Incorpora las formas propias de los usos espontáneos y rápidos: contracciones, elisiones, sonidos de apoyo.

Casi no incorpora estas formas

GRAMÁTICA: sintáctica GRAMÁTICA: sintáctica

Tendencia a usar estructuras sintácticas simples: oraciones simples y breves (más coordinadas y yuxtapuestas)

Uso frecuente de estructuras más complejas y desarrolladas: oraciones más largas, con más subordinadas relativas, oposiciones, con todo tipo de conjunciones

Alta frecuencia de anacolutos y frases inacabadas

Ausencia casi absoluta de este tipo de estructuras

El orden de los elementos de la oración es muy variable

Orden más estable (sujeto, verbo, complementos)

Elipsis frecuentes

Elipsis menos frecuentes

GRAMÁTICA: léxico GRAMÁTICA: léxico

Prefiere léxico no marcado formalmente (deprisa, cosa)

Tendencia a usar léxico marcado formalmente (rápidamente, elementos)

Baja frecuencia de vocablos con significado específico

Frecuencia muy alta

Acepta la repetición léxica

Tendencia estilística a la eliminación de repeticiones léxicas mediante sinónimos

Uso de pro forma e hiperónimos con función de comodines (cosa, hacer, chisme)

Tendencia a usar los vocablos equivalentes y precisos

Uso de tics lingüísticos o palabra parásito: interjecciones o expresiones que se utilizan reiteradamente (con valor semántico: ¡tú!, ¿sí?; sin valor semántico: eh..., mmm)

Ausencia de estos elementos

Uso de muletillas: palabras o expresiones usadas repetidamente que van acuñando el texto (o sea, entonces, pues)

Tendencia a eliminarlos

Uso frecuente de frases hechas, onomatopeyas, refranes

Uso muy escaso

Bibliotecas de oralidad

Espacios de expresión oral


Académicos

Defensa de tesis doctoral

Conferencia

Comunicación en congreso

Clase magistral

Clase dialógica

Divulgativos (gran público)

Conferencia

Vecinales

Reunión de la comunidad de vecinas

Medios de comunicación

Televisión

Radio

Internet (youtube)

Políticos

Parlamento

Mitin

Empresariales

Consejo de administración

Reunión de trabajo

Presentación de producto

Grado de participación del emisor y receptor

Recíproca

Cambio continuo de papeles emisor y receptor

Un diálogo, una conversación, una entrevista

Unilateral

No hay un cambio de papeles; sólo se da un ciclo comunicativo

Un aviso radial, una cartelera, un discurso oratorio

Tipo de emisor y receptor

Interpersonal

Interrelación de persona a persona; el medio por excelencia es el lenguaje oral

Conversación, entrevista cara a cara

Colectiva

El emisor puede ser una persona o institución, y el receptor una colectividad

Comunicación televisiva, radial, por prensa, cine

Tipo de código

Lingüística

El medio es el lenguaje natural apoyado por los códigos paralingüísticos

Comunicación oral o escrita en todas sus formas

Extralingüística

Empleo de códigos distintos al lenguaje

Comunicación con señales, banderines, humo

Tipo de mensaje

Privada

No trasciende el ámbito personal es cerrada

Conversación, carta personal

Pública

Trasciende lo personal, es abierta, se dirige a un público

Comunicado de prensa, aviso publicitario

Estilo

Informal

No trasciende a la comunidad o institución; relativamente cerrada

Cartelera, órdenes, memorando

Formal

Trasciende a la comunidad o institución; es abierta

Avisos generales

Radio de acción

Interna

No trasciende a la comunidad o institución; relativamente cerrada

Cartelera, órdenes, memorando

Externa

Trasciende a la comunidad o institución; es abierta

Avisos generales

Naturaleza del canal

Oral

De naturaleza vocal-auditiva

Grabación, conversación, mensaje radial

Audio-visual

Impresiona el oído y la vista

Cine, T.V., video

Visual

Sólo impresiona la vista

Libros, signos de los sordomudos, tablero, escritos

Dirección

Horizontal

Se da entre miembros de un mismo rango

Reunión de un sindicato, diálogos

Vertical

Flujo comunicativo entre personas de mayor o menor rango o viceversa

Leyes, decretos, solicitudes

Extensión del canal.

Directa

Se da a través de canales simples; implica presencialidad

Proyección en una sala, coloquio

Indirecta

Se da a través de canales complejos, cadenas de medios

Periódico, avisos




Tomado de

LA ORALIDAD
¿Se enseña a hablar y a escuchar en la escuela?

Prof. María Beatriz Torrent
http://www.sagrado.edu.ar/revista5/oralidad.htm#1.%20INTRODUCCI%C3%93N

Veamos brevemente qué papel le incumbe a cada componente formal y a cada componente externo.

  • Emisor: es la persona o personas que, identificando en la fuente la información por comunicar dentro de su respectivo nivel o intencionalidad ( concepto, ideas, actitudes, sentimientos, órdenes, solicitudes, etc.), con la ayuda de un código traduce dichainformación en mensaje, el cual es producido y emitido a través del respectivo canal.
  • Código: es el sistema de signos cuyo conocimiento habilita al emisor para cifrar y trasmitir la información en el mensaje, y al receptor para descifrar e interpretar la información comunicada y el propósito o intención del emisor.
  • Canal: corresponde al medio sensible a través del cual se conforman y materializan los signos de un mensaje. El canal puede ser simple, cuando el mismo no presupone otros medios, como las ondas sonoras en la comunicación interpersonal. Compuesto, cuando se basa en una cadena de medios como, por ejemplo, en la radio, donde se distinguen las ondas sonoras y magnéticas, o en la prensa donde se puede encontrar como canal las letras, los dibujos, etc. Los canales compuestos o complejos son propios de los llamados medios masivos de comunicación.
  • Mensaje: constituye la unidad que resulta de codificar y transmitir una determinada información, la cual llega al receptor en forma de señal y a través de un canal, para ser decodificada e interpretada con la ayuda del código correspondiente. No se debe confundir información con mensaje. El mensaje es una información codificada, es decir incluye la información, la codificación y la intención o propósito del emisor.
  • Receptor: es la persona (o personas) situada al otro lado del canal, quien, además de recibir el mensaje como tal, tiene como misión descifrarlo – ayudado por el conocimiento del código – para identificar la información y propósito o intención, originados en el emisor.
  • Retroalimentación: llamada también información de retorno, comprende las reacciones inmediatas o espontáneas del receptor ante el mensaje, las cuales son recibidas por el emisor por diferentes medios (miradas, gestos) que le permiten reajustar su acción emisora. La retroalimentación no es propiamente la respuesta, pues en este caso se cumplirá otro ciclo, en el que el emisor inicial se convierte en receptor. La retroalimentación es un componente opcional, es decir, no siempre se da en un acto comunicativo. Por ejemplo, en una clase el profesor, puede ir enterándose por la observación directa si su mensaje está llegando, si sus alumnos atienden, se interesan o tienen dificultades para comprenderlo. En cambio en la comunicación a través del periódico, por ejemplo, el escritor (emisor) no recibe retroalimentación, al menos inmediata: no sabe quién lo lee, si lo entiende, si interesa, etc.

En cuanto a los factores externos:

  • Referente: está constituido por los objetos, seres o fenómenos de la realidad de que se habla en la comunicación.
  • Contexto: nos referimos a la red de situaciones o circunstancias que rodean el ejercicio de un acto comunicativo, o en el caso del código lingüístico, un acto de habla. El contexto es definitivo para identificar la intención comunicativa o solucionar un conflicto de ambigüedad, anomalía, etc.

Tomado de

LA ORALIDAD
¿Se enseña a hablar y a escuchar en la escuela?

Prof. María Beatriz Torrent

http://www.sagrado.edu.ar/revista5/oralidad.htm#1.%20INTRODUCCI%C3%93N


El problema de la comunicación deficiente en el aula se debe, principalmente, a que los alumnos no han desarrollado la competencia comunicativa de escuchar.

Prof. María Beatriz Torrent
¿Qué voy a decir?

¿A quién se lo voy a decir: cuál es muy público?

¿Cómo lo voy a decir?

¿De qué tiempo dispongo?

Rem tene, verba sequentur!


Domina el asunto, las palabras te seguirán. (Catón el Censor)

Lenguaje no verbal


Mehrabian, un psicólogo social, identificó que el impacto total de un mensaje es aproximadamente en un 7% verbal, un 38% vocal (tono de voz, ritmo, etc.) y en un 55% no verbal.